Me cuesta permanecer…

lunes, 3 de septiembre de
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Querido Señor,  en medio de mucha confusión
e inquietudes internas existe en mí un pensamiento consolador:
…quizás estás trabajando en mí de una forma
que no puedo sentir, experimentar o comprender.

Mi mente no es capaz de concentrarse en Vos,
mi corazón no puede mantenerse centrado,
parece como si estuvieras ausente o me hubieses dejado solo.
Pero me aferro a Vos en la fe.

Creo que tu Espíritu alcanza algo más profundo y más lejano
que lo que alcanza mi mente o mi corazón,
y que los movimientos profundos no son los primeros en ser notados.

Por lo tanto, prometo que no escaparé, no abandonaré,
no dejaré de rezar, aún cuando todo parezca inútil
y una pérdida de tiempo y esfuerzo.

Quiero que sepas que te amo,
a pesar de que a veces no me sienta amado por Vos.
Y que tengo esperanza en Vos,
aunque muchas veces experimento desesperación.

Permite que esto sea una pequeña muerte
que pueda hacer contigo y para vos
como una forma de experimentar algo de solidaridad
con los millones de personas que sufren mucho más que yo en este mundo.

Amén.

 

 

Henri Nouwen