Evangelio según San Lucas 5,33-39

miércoles, 5 de septiembre de
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Luego le dijeron: "Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y hacen oración, lo mismo que los discípulos de los fariseos; en cambio, los tuyos comen y beben". Jesús les contestó: "¿Ustedes pretenden hacer ayunar a los amigos del esposo mientras él está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado; entonces tendrán que ayunar". Les hizo además esta comparación: "Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque se romperá el nuevo, y el pedazo sacado a este no quedará bien en el vestido viejo. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres; entonces el vino se derramará y los odres ya no servirán más. ¡A vino nuevo, odres nuevos! Nadie, después de haber gustado el vino viejo, quiere vino nuevo, porque dice: El añejo es mejor".

 

Palabra de Dios

 

 




Reflexión: P. Guillermo Feldman Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Quilmes

 

 Que hermoso mensaje nos trae el Evangelio en este día: "el vino nuevo se ha de echar en odres nuevos". Se entiende aquí, que el vino nuevo es el mensaje de Jesús, y como nos recuerda la Sagrada Escritura, ese mensaje es siempre actual y nuevo.

Ahora bien…¿quiénes son los odres nuevos? Es decir, quienes recibiran el vino nuevo, el mensaje de Jesús… Somos cada uno de nosotros, todo el pueblo de Dios, la Iglesia entera. Es por eso que aquí cabe la pregunta…¿Cómo soy como odre? O dicho de otra manera…¿Cómo soy como cristiano? ¿Soy odre viejo o soy odre nuevo?



Está bien claro que la Palabra de hoy  – y en esto es irefutable –  que nuestra forma de ser cristianos ha de ser como odres nuevos en el mundo. Y esto tiene que ver con nuestra disponibilidad y nuestra apertura a las palabras de Jesús para que ellas se hagan carne en nuestra vida. Si quiero ser odre nuevo debo comprender que el mensaje de Jesús debe estar prendido a mi corazón, para que de esta manera, con toda mi vida, con mi actuar , con mis palabras, ser un puente donde la Palabra de Dios sea recibida por aquellos que me rodean y donde la Palabra pueda cumplir su misión, es decir, liberar y no oprimir.



El mejor ejemplo siempre lo encontramos en Jesús, que ÉL, al hacerse hombre, rompió y liberó al pueblo de muchas normas y prácticas de la religión de su tiempo, haciendo de ésta manera que la Buena Noticia sea universal, sin límites, y predicando a un Dios que sale siempre a nuestro encuentro, que nos abraza a pesar de nuestras debilidades.



La Palabra de Dios es transformadora, un vino vivificador, que es traído por la presencia del Espíritu Santo. Sería bueno tener presente las palabras de Jesús en su encuentro con NIcodemo con respecto al Espíritu: "Ustedes tienen que renacer de lo Alto, el viento sopla donde quiere, tu oyes su voz pero no sabes de donde viene, ni siquiera a donde va, lo mismo sucede con todo aquel que ha nacido del Espíritu.



Gracias a Dios tenemos en nuestra Iglesia muchos testimonios que nos ayudan a ser siempre odres nuevos como fue el caso del Papa Juan XXIII que abrió las puertas y las ventanas del Vaticano para que entrara aire nuevo, para que entrara el Espíritu Santo que todo lo transforma y que gracias a ésto, se realizó en nuestra Iglesia el Concilio Vaticano II , donde el vino nuevo echó raíces en nuestros corazones. Que esta Palabra sea de bendición para vos en este día, amén.

 

 

 

 

Oleada Joven