Evangelio según San Marcos 7,31-37

domingo, 9 de septiembre de
image_pdfimage_print

 

Cuando Jesús volvía de la región de Tiro, pasó por Sidón y fue hacia el mar de Galilea, atravesando el territorio de la Decápolis.
Entonces le presentaron a un sordomudo y le pidieron que le impusiera las manos. Jesús lo separó de la multitud y, llevándolo aparte, le puso los dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua. Después, levantando los ojos al cielo, suspiró y le dijo: "Efatá", que significa: "Abrete". Y enseguida se abrieron sus oídos, se le soltó la lengua y comenzó a hablar normalmente. Jesús les mandó insistentemente que no dijeran nada a nadie, pero cuanto más insistía, ellos más lo proclamaban y, en el colmo de la admiración, decían: "Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos".
 

 

Palabra de Dios

 

 


 

Reflexión: P. Andrés Peirone Sacerdote Salesiano de Don Bosco

 

Hoy Jesús llega a nosotros en el Evangelio de Marcos y nos habla de este hecho, curó a un sordomudo, le devolvió esta capacidad de volver a escuchar y expresarse. También a mí y a vos nos hace falta que Jesús nos regale esta capacidad o al menos la potencia. Hoy es un día hermoso para orar y decir:

"Señor regalame la gracia de escuchar a los demás, de escucharte a vos en la vida, de estar atento a tu Palabra, de poder comprender que es lo que me pide un hermano cuando me habla, talvez con otras palabras."

 

Y sobre todo también tener la capacidad de expresión, la capacidad de poder compartir lo que tengo dentro del corazón, de poder decirle a los otros lo que siento, de poder pedir ayuda si tengo un problema.

 

Si no vivo esta capacidad de escucha y esta capacidad de expresión, me encierro, y vivo como en una isla, estoy solo, y me cuesta vivir… Señor hoy regalanos a todos esta capacidad hermosa de ser personas de escucha, gente de diálogo, amén.

 

 

 

 

Oleada Joven