Evangelio según San Juan 16,5-11

martes, 18 de mayo de
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"Si no me voy, no vendrá a vosotros el Defensor"
 
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: "¿Adónde vas?" Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, lo que os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Defensor. En cambio, si me voy, os lo enviaré. Y cuando venga, dejará convicto al mundo con la prueba de un pecado, de una justicia, de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el Príncipe de este mundo está condenado."
 
Palabra de Dios.
 

 
Reflexión: Monseñor Fernando Maletti | Obispo de la Diócesis de Bariloche
 
Queridos Muchachos y chicas: Jesús hoy nos trae el regalo del Evangelio según San Juan 16,5-11. Allí Jesús nos dice que ÉL esta dispuesto a dejarse acompañar por nosotros y lo dice por  vía  negativa, “no les hable  de esto al principio porque estaba con ustedes. Se han llenado de tristeza al oír lo que les dije, pero es verdad lo que les  digo, les conviene que yo me vaya porque mientras yo no me vaya, el Paráclito, el protector no vendrá a ustedes. Yo me voy y es para enviárselo.” 
Bueno ahí tenemos un hermoso testimonio de ser testigo de espíritu, un joven también  que es beato y es argentino, Ceferino Namuncurá , hoy celebramos el aniversario de su  fallecimiento.
Este Cristo vivo nos hace entonces ponernos en oración, en comunicación reverente y filial con Dios, en establecer un diálogo de amor con Él, porque la oración, es pensar en Dios amándole, es hablar de amor con quien sabe de amor. Esto lo entendió el joven Ceferino Namuncurá  y esto no los propone el evangelio de hoy para recibir el Espíritu. Esa promesa que Él da aparentemente con una noticia triste: Conviene que yo me vaya. En esa oración es Dios quien sale a nuestro encuentro a través de su Espíritu para ofrecernos su amor en Pentecostés, para que establezcamos una comunidad de vida con él.
¿Cuál es el fin del amor de Dios? El amor recíproco. ¿Por qué tenemos que esperar el Espíritu Santo? Porque conviene que cumplida su misión, Jesús vuelva al Padre, porque somos criaturas, porque somos hijos de Dios, porque somos indigentes.
 A  veces se  acusa a los jóvenes  de querer  llevarse todo por delante. Pero   en mi vida de  sacerdote y ahora  también como obispo yo soy testigo por ejemplo en las vigilias de Pentecostés, cómo los jóvenes  que son capaces de hacer grandes sacrificios por un partido de futbol, por  un recital o por una fiesta y hacer colas horas y horas, de cómo también en la noche de la vigilia de Pentecostés se quedan todo el tiempo, todo ese ciclo, a veces diez horas en oración, en fiesta, esperando el Espíritu Santo.
 Por eso la oración y esta espera que el Señor nos propone  tiene que tener tres características, que son las características de la oración, pero que son muy importantes queridos muchachos y chicas para que lo aceptemos en  la vida cotidiana.
Dios nos escucha y el Espíritu Santo viene a nosotros, si estamos en paz con los hermanos en primer lugar. Sin amor imposible orar. Si tenés algo contra  otro y  estas con un  rencor con alguna inquina, primero reconciliáte con el hermano y después lleva tu ofrenda al altar.
 
Otra característica de  esta  espera  del Espíritu es la humildad, sentirnos que no somos nada ante un Dios todo poderoso y  también  que  tenemos mucho que aprender. Y con la confianza del amigo inoportuno (aquel que en el evangelio aparece pidiéndole pan a altas horas de la noche insistentemente) esto es lo tercero,  que es  una condición básica para esperar el Espíritu Santo: saber que Él llega  y que de nosotros que somos piedras Él va hacer hijos de Dios.
 
Les deseo todo bien queridos chicos y chicas, que tengan un buen día y que los buenos ejemplos de Ceferino Namuncurá que se quería hacer sacerdote para ser útil a su pueblo, les de a todos ustedes en estos tiempos de espera del Espíritu Santo la capacidad de estar abierto a la voluntad de Dios.
 Hasta la próxima!!!

 

Oleada Joven