Saberse amado, da más fuerza que saberse fuerte

lunes, 1 de octubre de

 

 

Señor,
hoy vengo a decirte gracias.
 
Me siento como un niño protegido en la palma de Tu mano.
 
Te siento siempre, compañero infatigable de camino.
 
Todo lo llena Tu presencia, y cada lugar, cada persona,
es punto seguro de encuentro contigo.
 
Descubro Tu Amor como la base constante y fundamental de mi vida,
en la que todo es nuevo a la luz de Tu fe.
 
Gracias, Señor, por la Vida, por la Amistad, por el Amor,
por la Belleza, por el Encuentro.
 
Gracias por ser Roca, Fuente y Refugio.
 
Permíteme, Señor, sentir cada día la fuerza de saberme amado,
y descubrir ese amor en la felicidad de quien camine a mi lado.
 
 
 
Autor: Goethe

 

 

Oleada Joven