Evangelio según San Lucas 11,29-32

domingo, 14 de octubre de
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"Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: "Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás."
 

Palabra de Dios

 

 


 

Monseñor Santiago Olivera   Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje

 

En el Evangelio de San Lucas se nos invita a poner nuestra mirada en Jesucristo. Jesus frente a la multitud, mientras está apretujado, dice "es una generación malvada porque pide un signo y no se le dará otro signo que el de Jonás". El signo de Jonás, sabemos, Jesus está alertando, es un signo que los Ninivitas se convierten por la predicación de Jonás. Ninive es la capital de Siria, es un pueblo pagano y se convierte. También la Reina del Sur vino a escuchar la sabiduría de Salomón y Jesus dice: "Aquí hay alguien más grande que Salomón".

 

 

El paralelo del evangelio de Mateo hace otra explicación del signo que es la resurrección porque Jonas estuvo tres días y tres noches en el cetáceo, asi estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. Este pueblo se cree muy seguro, el pueblo judío por ser el pueblo elegido, pero Dios avisa o anuncia que esto puede ser destinado a otros pueblos y a otras razas, porque Dios se complace de perdonar los pecados del que se arrepiente.

 

Por una parte, en primer lugar, si Jesús es mas importante que Jonás, descubrir que la Palabra de Jesús tiene más fuerza. Entonces tenemos que preguntarnos cuando escuchamos la palabra si de verdad estamos abiertos para la conversión. Muchas veces estamos acostumbrados y como anestesiados, sin embargo la Palabra debe ser asumida y recibida para ser vivida y hacerla carne en nuestras vidas.

 

 

Progresaremos en la conversión cuando en lo sencillo de cada día nos vamos esforzando por adecuar nuestra vida a la Palabra, para que nuestros actos manifiesten la Palabra del Señor.

 

 

Vamos a pedirle al Señor que realmente nos ayude con nuestra actitud, a liberarnos de todo lo que no es de Dios para realmente poder aferrarnos a la Palabra de Jesús, a dejarnos convertir, a descubrir su signo, que el signo es Jesucristo. Mirándolo a Él, escuhándolo a Él, no necesitamos nada más que seguirlo a Él. Que el Señor nos de un deseo muy hondo y muy fuerte para convertirnos.

 

 

 

 

 

 

Oleada Joven