En el quincuagésimo aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II y al cumplirse 20 años de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica por Juan Pablo II, el Papa Benedicto XVI ha dado comienzo al Año de la Fe. El cual comenzó el 11 de octubre de 2012.
Pero ¿qué es la fe? El catecismo nos dice que la fe es saber y confiar; es un don de Dios que recibimos gratuitamente pero que debemos pedir “ardientemente”. Que “es absolutamanente cierta, porque tiene la garantía de Jesús” y será incompleta mientras no sea efectiva en el amor.
En el Evangelio Jesús nos enseña acerca de la fe, de lo que somos capaces de hacer por medio de ella: “Si tuvieras fe como un grano de mostaza, le dirías a aquel monte: 'trasládate desde ahí hasta aquí', y se trasladaría. Nada les sería imposible.” Mt 17, 20
Pero por sobre todas las cosas la fe tiene que ver con el encuentro con la persona de Jesús. Y es ésta experiencia la que me me lleva a descubrirme profundamente amado, lo que transforma toda mi vida y me hace creer.
La fe es el regalo más grande que podemos recibir. Ella se perfecciona, madura y crece en el trato cotiadiano con Jesús a través de la oración personal, la vida comunitaria y sacramental.
Ya nos invitaba el lema de la pasada JMJ a vivir “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe.” Col 2, 7 en donde el Papa nos decía que no nos conformemos con menos que Cristo teniendo la certeza de que la vida de fe que Él nos porpone no se opone a nuestros ideales más altos sino que por el contrario, los exalta.
Es a causa de ella que somos capaces de dar pasos que jamás hubieramos imaginado. Es la que nos sostiene en los momentos de dolor y oscuridad; la que nos da la confianza suficiente para seguir avanzando hacia donde Dios nos quiere llevar.
Es también por la fe que estamos comprometidos a dar testimonio de Cristo para que otros crean: la fe se recibe, se aprende de otros y también se desarrolla.
Ojalá que este Año de la Fe sea la oportunidad para dejarnos conducir por Dios entregándole todo el protagonismo. Que nos dejemos atravesar por su amor profundo y como un niño nos abandonemos y descansemos en los brazos del Padre con la certeza en el corazón de que lo mejor está llegando.
Te invitamos a escuchar el programa completo haciendo clik en el reproductor que se encuentra debajo del título.
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