Vení Espíritu Santo. Yo sé que si los seres humanos
pueden comprender a los demás,
en Vos hay una capacidad de comprensión mucho más grande, infinita.
Nadie puede comprenderme como Vos,
que siempre me invitás a volver a empezar.
Pero yo me castigo a mí mismo por dentro,
y me desprecio por los errores que he cometido.
No me he perdonado de verdad.
Por eso, Espíritu Santo, te pido que coloques dentro de mí tu amor inmenso,
ese amor que me sostiene y me da la vida,
para que pueda amarme a mi mismo
como Vos me amás. Enseñame a respetarme como Vos me respetás.
Derramá tu gracia para que pueda comprenderme por las debilidades que he tenido,
para que contemple con ternura mis errores y pueda perdonarme a mi mismo.
Dame paciencia y cariño para que no me condene a mi mismo
y para que acepte tu perdón que me sana y me renueva.
Yo soy digno de existir porque Vos me amás infinitamente.
Yo tengo un lugar en esta tierra y tengo derecho a vivir y a soñar,
aunque sea imperfecto. Tengo ese derecho porque Vos me amás y me sostenés.
Vení Espíritu Santo, para que pueda nacer de nuevo,
con toda dignidad, quiero comenzar otra vez con alegría y entusiasmo.
Acepto todo mi pasado como parte de mi vida,
me declaro imperfecto pero llamado a crecer.
Me equivoqué y puedo equivocarme.
Pero reconozco ante Ti que tu amor no se deja vencer por mis caídas y errores,
que siempre vuelves a darme una oportunidad.
Gracias, Espíritu Santo, por tu inmenso amor,
porque no abandonas la obra de tus manos.
Víctor Manuel Fernández