Evangelio segun San Lucas 10,38-42

lunes, 4 de octubre de

 


En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.

Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano."

Pero el Señor le contestó: "Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán."

 

Palabra de Dios.


Monseñor Fernando Maletti | Obispo de la Diócesis de Bariloche

 

Queridos jóvenes el evangelio de hoy nos plantea el tema de la actitud de ser discípulos y  misioneros; también la identidad o la misión; la actividad y la oración. Bien sabemos que en nuestra vida cristiana lo ideal es el equilibrio entre ambas cosas:” Marta, Marta le dice Jesús, te inquietas y te agitas por muchas cosas y sin embargo una sola cosa es necesaria. María eligió la mejor parte, que no  le será quitada”.

¿Cuál es la mejor parte que eligió María, queridos muchachos y chicas? Ella se quedo a los pies de Jesús oyendo sus palabras, esta es la mejor parte, la posibilidad de escuchar la palabra de Jesús y convertirnos en discípulos.

En estos tiempos, pero no solo estos tiempos, desde siempre en que estamos acosados por tantas presiones, por tantas iniciativas que nos atrapan, que importante es como reconsiderar en nuestro corazón, en nuestras mentes, en nuestros sentidos que cuando esta la presencia del Señor fuerte en nuestras vidas, todo, todo gira en torno a él y por lo tanto estamos centrados en él. Eso es en lo que estaba María, centrada en Jesús. No descentrada de Jesús, porque en otras cosas que son malas en si mismas, pero que si lo quitan a Jesús del medio, no es que se tomen malas, pero que de algún modo no es lo ideal, tenemos que volver a recentrarnos en el amor de Dios, en el amor de Jesús.

Ojala que cada uno de ustedes  pueda tener siempre la lucidez necesaria para encontrarse con Jesús.

Cada día en la oración personal, periódicamente en la oración comunitaria, en grupo, sobre todo si es lectura orante de la biblia y en la oración litúrgica, sobre todo semanalmente cuando comemos el pan de la palabra y nos encontramos con Jesús, como alimento de vida eterna en su cuerpo y en su sangre.

¡Que Dios los bendiga y que el día de hoy sea para todos ustedes muy feliz y muy pleno!

 

 

Oleada Joven