Canten a Dios en el cielo, canten a Dios en la altura, el ángel con su hermosura, las estrellas con su brillo, el sol, la luna, los grillos, la noche con sus creaturas.
Que le cante el firmamento, las aguas que allí se anidan, que alaben al que las cuida después de haberlas creado; Él una ley les ha dado para siempre establecida.
Alabe al Señor la tierra, los peces, la misma mar, rayos, granizos y nieve, el viento y la tempestá. Las montañas y las sierras, monte salvaje o frutal; el puma de entre las rocas, la oveja desde el corral, el tero en su blando vuelo, la iguana en el arenal.
Y también los que gobiernan en esta tierra algún trozo, las muchachas y los mozos, los viejos y los changuitos alaben al Dios bendito, su Santo Nombre Glorioso.
Amén!
P. Mamerto Menapace