Siembra

domingo, 11 de noviembre de
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Siempre es mejor construir que destruir, y sembrar es construir para el día de mañana, para recoger más adelante.

Siembra tu fe, para sostener y apoyar a los que vacilan. Siembra tu abnegación y no la reserves totalmente para ti. Siembra tu confianza y Dios no te dejará ni los hombres te fallarán.

Siembra la sonrisa a tu alrededor; la sonrisa hace bien y te hace bien… la sonrisa disipa nubes y suaviza tiranteces. Siembra tu dulzura y llegarás a conquistar a los hombres, aun a aquellos que tienden a la violencia o no saben dominarse.
 
 

Siembra tu amistad, tu gozo y tu entusiasmo en todos aquellos que lo necesitan, pues así llegarás a hacer felices a los demás y ellos te harán feliz a ti. Siembra tus sacrificios, aún con lágrimas y sin alarde; todo sacrificio requiere una cuota de dolor y de sangre… pero toda sangre es redentora y toda lágrima es purificadora.

Siembra toda tu vida; que toda tu vida sea una verdadera siembra de alegría, bondad, de paz y de amor… el que siembra luz, recogerá calor, por el contrario, quien siembra vientos, recogerá tempestades.
«…todos ustedes son hijos de la luz, hijos del día. Nosotros no pertenecemos ni a la noche ni a las tinieblas.»
Como hijos de la luz, tenemos que iluminar a cuantos están cerca nuestro… iluminarlos para llevarlos a Cristo. Que las tinieblas no iluminen, no es extraño, pero que la luz se apague… causa angustia.
 
 
Fuente: masalladeldesierto.blogspot.com

 

Oleada Joven