Evangelio según San Juan 15, 9-11

martes, 18 de mayo de

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud."

 

Palabra de Dios.


 
Reflexión: Cardenal Estanislao Karlic | Arzobispo Emérito de Paraná
 
Es la primera vez que tengo la gracia de poder comunicarme con ustedes, y nada menos que hablando con Dios y hablando de Dios, para decir al final la profunda verdad del hombre, por lo tanto, la profunda verdad del hombre joven. Qué hermoso es hablar así, porque así habla Dios, Dios habla siempre de sí para hablar con los hombres de la forma más rica y más generosa. Los hombres también hablamos con mayor generosidad cuando hablamos de Dios con nuestros hermanos, porque cuando le decimos a un muchacho, a una chica algo de Dios es porque lo queremos tanto que no basta que le hagamos otro regalo, no basta que le digamos que somos sus amigos; es importante decirle que Dios es amigo de todos nosotros y que cuando hay un hombre o una mujer joven Dios quiere volcarle su juventud eterna, porque la vida es joven, la vida es madura; pero quién te ha dicho que la juventud no es madura cuando se deja ganar por el llamado de Dios precisamente a la vida y al amor, porque la juventud es vida y amor. 
Hoy tenemos una gracia inmensa para empezar nuestro encuentro, con el Evangelio de San Juan, que nos habla nada menos que del amor de Dios. Hoy quisiera escuchar este mensaje de Dios para ustedes, y ser como un sacramento de Dios, y entonces decir que Dios es amor, y que Dios nos ama. Decía San Juan: “en esto consiste el amor, en que Dios nos amó primero”; y en el Evangelio que vemos hoy, en palabras del Señor “como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor”. El Señor nos ama, a ustedes, a nosotros, en conjunto, pero nos ama a cada uno, porque el conjunto de los hombres es el conjunto de cada uno de nosotros. Somos amados de Dios, nos ama a todos, para que participemos de su amor, y como Él es comunión eterna, Padre, Hijo y Espíritu Santo, nosotros, todos, todos los hombres, así lo quiere Dios, seamos una comunión. Qué dignidad de la persona, qué maravilla la vida de los hombres. Que así sea. Amén.
 

 

Oleada Joven