Cada ciudad puede ser otra

domingo, 2 de diciembre de
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Cada ciudad puede ser otra
cuando el amor la transfigura.
Cada ciudad puede ser tantas
como amorosos la recorren.

El amor pasa por los parques,
casi sin verlos, amándolos
entre la fiesta de los pájaros
y la homilía de los pinos.

Cada ciudad puede ser otra
cuando el amor pinta los muros;
y de los rostros que atardecen,
uno, es el rostro del amor

Y el amor viene y va, y regresa;
y la ciudad es el testigo
de sus abrazos y crepúsculos,
de sus bonanzas y aguaceros.

Y si el amor se va y no vuelve,
la ciudad carga con su otoño,
ya que le quedan sólo el duelo
y las estatuas del amor.

 
Mario Benedetti
 

 

 

Oleada Joven