Evangelio según San Juan 1, 35-42

lunes, 31 de diciembre de
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En aquel tiempo, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. Fijándose en Jesús que pasaba, dice: «He ahí el Cordero de Dios». Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús. Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: «¿Qué buscan?». Ellos le respondieron: «Rabbí —que quiere decir, “Maestro”— ¿dónde vives?». Les respondió: «Vengan y lo veran”. Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con Él aquel día. Era más o menos la hora décima. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús. Éste se encuentra primeramente con su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías» —que quiere decir, Cristo—. Y le llevó donde Jesús. Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» —que quiere decir, “Piedra”.



Palabra de Dios

 

 


P. Guillermos Feldmann Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Quilmes


 

En el Evangelio de este día nos encontramos con la figura de Juan el Bautista, que estando con dos de sus Discípulos presenta a Jesús como el Cordero de Dios, dice la palabra que inmediatamente aquellos discípulos fueron tras los pasos de Jesús.


Hay un detalle del Evangelio que me llamo atención y es que marca exactamente la hora en que se produjo ese encuentro, dice el Evangelio que fue aproximadamente a las cuatro de la tarde, quizás en este punto vos puedas también hacer memoria de aquel día maravilloso en que por primera vez, te encontraste con Jesús y que a partir de ese momento tu vida ha cambiado, y que fue tan grande la alegría que ese recuerdo fundante quedo por siempre en tu memoria, a partir de ese momento ya nada fue igual, con Jesús reinando en el corazón, la vida adquiere otra luz.


Creo que el Evangelio hoy en pocas palabras, reafirma la misión que dios le había encomendado a Juan el Bautista y que el Evangelio de Juan lo recalca con tanta frecuencia. Juan Bautista no es la Luz, sino el testigo de la luz , para que todos creyeran por medio de él, Juan con su testimonio fue capaz de acercar a aquellos que realmente querían conocer quién era Jesús, ayudaba a preparar el camino, a llevar los senderos, a que los valles sean rellenados y que las montañas y las colinas sean aplanadas, los caminos sinuosos sean enderezado, y nivelados los caminos desparejos con el único fin de que todos los hombres vean la salvación de Dios, mientras que Juan el Bautista indicaba el camino, Jesús invita a compartir su intimidad, dice el Evangelio “Ven y Veras” para que en esa intimidad descubramos quien es Dios.


 

Pensaba que bueno es que al comenzar el año nuevo, la palabra nos recuerde, cual es también nuestra misión, al igual que Juan el Bautista, ser testigos de la Luz, que es Cristo, al fin de que todos crean el Él por medio de nosotros.


 

Que este año que comienza podamos vos y yo hacer carne la Palabra de Dios para que de esta manera seamos sal de la tierra y luz del mundo.


 

¡Que este día sea Bendecido! Amen

 

 

Oleada Joven