Evangelio según San Marcos 1,21b-28

viernes, 11 de enero de
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"Entraron en Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios". Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre".El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre. Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: "¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!". Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea."

 

Palabra de Dios

 

 


 

Reflexión: Monseñor Fernando Maletti | Obispo de Bariloche



El Evangelio de San Lucas, nos refiere a la curación de un endemoniado, nos dice el evangelio que:” Había un hombre en la sinagoga que esta poseído por el espíritu impuro y entonces lo recrimina a Jesús, el mal que tiene adentro.” Como a veces, tantas veces es la voz de la conciencia, nos hace como apartarnos del bien que se nos enseña desde la fe y desde la iglesia.

 

Y entonces Jesús que increpa a este endemoniado y con firmeza hace salir el mal de este hombre y llama la atención, como a partir de este gesto, que expresa una firme personalidad de parte del Señor. Todos miran la autoridad que deviene de Dios a Jesús y se admiran y por lo tanto su fama se extendía por toda la región de que él enseñará, hablará, actuará con tanta autoridad y esa autoridad viene realmente de Dios.

 

Que también nosotros como cristianos, discípulos misioneros por el bautismo, somos sacerdotes, profetas y reyes, podamos también tener la firmeza de la convicción de nuestra fe, para erradicar el mal de nosotros mismos y también de otros, mediante sobre todo como nos enseñan los obispos de aparecida, el testimonio y la irradiación.

 

Una forma de vida que provoque en muchos, ese famoso “Miren como se aman” lo cual entonces va a desterrar progresivamente y a veces también súbitamente el mal que queremos que se acabe.

 

Que el Señor los bendiga, los acompañe a todos ustedes y les de la gracia que más necesiten.

 

 

 


 

Oleada Joven