Carta de unas hermanas a Teresa de Jesús

viernes, 15 de octubre de
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En el día de Santa Teresa de Avila, la Hermana Silvia, Carmelita descalza de Córdoba, nos envia la oración:

 

 

A Santa Teresa

 

Teresa de Jesús, la Iglesia te nombró Doctora y te propuso como Maestra de oración, vos sos para nosotros Baqueana de los caminos de Dios.

 

Nos hablaste de Dios y nos animaste a la aventura de tratar con Él, nos contaste tu historia y nos mostraste un rostro de Dios en el que nos costaba creer: el de un Dios vulnerado que sale a nuestro encuentro, que nos busca primero, este Dios que “tanto te amó”, “que tanto te esperó”.

 

Tenés la experiencia de los que han andado mucho y han amado mucho. Supiste de generosidades y de autoengaños, conociste los frutos del cansancio, y la experiencia de encandilarte con lo que te sacaba del proyecto abrazado. Tuviste que hacer un largo camino para aprender a amar en libertad. Pero fuiste siempre profunda, honestamente veraz. Buscaste sinceramente “andar en verdad”.

El encuentro con Jesús te marcó la vida. Jesús fue, para vos, “el amigo verdadero”, “el que siempre te dio la mano”, el que “nunca te faltó”.

 

En Jesús descubriste que lo divino y lo humano están entrañablemente unidos, que nuestra propia humanidad es el lugar del encuentro con Dios, y que la afabilidad y la simpatía, el humor y el agradecimiento, la alegría y el perdón son epifanía de su presencia. Llegaste a ser toda de Dios, siendo vos misma cálidamente humana, cercana, cordial.

 

Vibraste con la historia y las circunstancias de tu tiempo, y entendiste tu existencia contemplativa como tu radical manera de estar presente y sirviendo a los hombres y a la Iglesia de tu tiempo.

 

Nos ayudaste a todos en la Iglesia a renovar nuestras ideas de santidad. Nos animaste a “andar con libertad”, a “no arrinconar, a no apretar el alma”, a erradicar el miedo y la tristeza, la cobardía y el apocamiento. Te preocupaste más de los daños de quedar dando vueltas sobre nuestros mundos chiquitos que de los errores en el camino de “amar mucho”.  Teresa, Baqueana de los caminos de Dios, acompañanos en nuestro camino. Ayudanos a descubrir la presencia de Aquél que puso en nosotros su morada, enseñanos otra vez a seguir por el camino de la oracióny del servicio al que tanto nos ama, y ayudanos a ser, para nuestros hermanos, testigos de Dios y de su amor. 

 

 

 

En la biblioteca de la Oleada subimos material de los ricos escritos que nos dejó Santa Teresa

 

 

Oleada Joven