Evangelio según San Juan 7,40-53

viernes, 15 de marzo de
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"Algunos de la multitud que lo habían oído, opinaban: "Este es verdaderamente el Profeta". Otros decían: "Este es el Mesías". Pero otros preguntaban: "¿Acaso el Mesías vendrá de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David y de Belén, el pueblo de donde era David?". Y por causa de él, se produjo una división entre la gente. Algunos querían detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él. Los guardias fueron a ver a los sumos sacerdotes y a los fariseos, y estos les preguntaron: "¿Por qué no lo trajeron?". Ellos respondieron: "Nadie habló jamás como este hombre". Los fariseos respondieron: "¿También ustedes se dejaron engañar? ¿Acaso alguno de los jefes o de los fariseos ha creído en él? En cambio, esa gente que no conoce la Ley está maldita". Nicodemo, uno de ellos, que había ido antes a ver a Jesús, les dijo: "¿Acaso nuestra Ley permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?". Le respondieron: "¿Tú también eres galileo? Examina las Escrituras y verás que de Galilea no surge ningún profeta". Y cada uno regresó a su casa."

 

Palabra de Dios

 

 


 

Reflexión: P. Fernando Goicochea Sacerdote Salesiano de Don Bosco


Hay distintas opiniones sobre quien es Jesús; algunos dicen que es verdaderamente el profeta, otros que es mesías, otros en cambio cuestionan diciendo que de Galilea jamás salió un profeta; hay distintas opiniones sobre Jesús, este es el punto central, que nosotros las consideramos también en nuestra época; hay quienes lo consideran realmente como Dios, otros le dan una importancia grande como un líder y otros lo consideran como uno más no le dan importancia lo ningunean de alguna manera.

 


Aquellos que han escuchado a Jesús y que lo escucharon no solamente con los oídos sino también con su corazón y se dieron cuenta de quién era y que testimonian diciendo “este es de verdad el profeta”; ellos están todos unidos profundamente por el reconocimiento de Jesús como Señor, cosa que no sucede con las otras personas; el evangelio termina diciendo “se volvieron cada uno a su casa”; la dispersión es lo propio de este no creer en él, no haberlo reconocido.

 

Jesús precisamente es esto; como decía el anciano Simeón cuando fue presentado en el templo –este ha sido puesto para caídas y elevación de muchos-; porque muchos se van a poner de pie y se van a conformar como pueblo y otros van a rebotar con esta piedra angular que es la única que existe; nadie puede poner otro fundamento que el que ha puesto Dios. Dios es la fuente de la comunión entre las personas, por eso hay solamente una Iglesia que de verdad va haciendo cuerpo místico con Jesús, es aquella que fue fundada por él.


La invitación es que nosotros creamos cada vez más en él; al creer nuestra comunión se hace más onda; la comunión entre los santos, entre todos los creyentes, todos los bautizados, se va hondando y este es el signo de la presencia de Jesús en el mundo.

 


En estos días que estamos tan movilizados por la elección del Papa; que gran diferencia entre una Iglesia como en la católica; en la cual hay una fuente de comunión honda y que se expresa también en una persona que es el Obispo de Roma, aquel que guía a toda la Iglesia, el que de alguna manera representa a Jesús en la tierra; y tantas otras confesiones que van surgiendo y que están como desperdigadas, con esta impresión de que cada uno anda en su casa, en lo suyo, en su interpretación, en lo que le parece.

 


Te invito a que puedas ahondar tu fe en Jesús, en este año dedicado a esto, y que esto te lleve a vivir una profunda comunión dentro de la Iglesia; una profunda espiritualidad de la comunión, diría Juan Pablo II; para poder vibrar con este corazón amplio que ama y que incluye a todos los hombres dentro de Él.

 


 

Oleada Joven