Evangelio segun San Lucas 13, 22-30

lunes, 25 de octubre de
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 En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando. Uno le preguntó: "Señor, ¿serán pocos los que se salven?" Jesús les dijo: "Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: "Señor ábrenos" y él os replicará: "No sé quiénes sois" Entonces comenzaréis a decir: "Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas". Pero él os replicará: "No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados". Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos".

Palabra de Dios


Monseñor Santiago Olivera | Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje

 

 

El evangelio de San Lucas nos  muestra  a Jesús que va  predicando por las ciudades, dirigiéndose a Jerusalén y le preguntan cuántos se van a salvar. "¿Señor es verdad que son pocos los que se salvan?" dice el evangelio. Y vemos al Señor como tantas veces lo hemos visto, que ante esta pregunta, responde lo esencial. El modo de responder de Jesús siempre es lo esencial, no si son pocos o si son mucho, sino que hay que estar preparado y entrar por la puerta estrecha. Este es el modo, de responder de Jesús.
 
También cuando Nicodemo le pregunta a Jesús cómo un hombre puede nacer cuando es viejo, hablando del bautismo, dice que si no nace del agua o el Espíritu no puede entrar en el reino de Dios, no responde lo obvio si no da un paso mas.  La clave de esto es que la salvación de Dios es ofrecida a todos, no a unos pocos.  
 
Para ser beneficiado de este gran regalo de Dios, de esta salvación ofrecida, no hay que decir  "Señor,  Señor" o haber comido o haber estado con Él. Si no que ajustándonos a la vida y a las exigencias del evangelio, esto es entonces, pasar por la puerta estrecha… no por ser Judíos la salvación ya estaba para los Judios; no por ser cristianos y estar bautizados la salvación esta para nosotros. La salvación es un don gratuito y está para todos los que nos encuentre el Señor amóldanos a la vida evangélica, a su llamada a nuestras puertas.

Vamos a pedirle a Jesús realmente que nos ayude justamente a pasar por la puerta estrecha, para saber que la parábola de la puerta se abre para uno y se cierra para otros, pero es una invitación a la conversión, porque entrar por la puerta estrecha es ajustarme a la exigencia de la vida. Los Jóvenes creen que todo es vida, que no hay limite, que seguirá siempre… A veces los golpes de la vida, la muerte de algunos jóvenes, las dificultades,  nos ubican en esta realidad. Pidamos al Señor la gracia de estar preparados para entrar siempre a la fiesta de la Vida

 

Oleada Joven