Evangelio según San Juan 20,19-31

domingo, 7 de abril de
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"Ese mismo día, el primero después del sábado, los discípulos estaban reunidos por la tarde con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Llegó Jesús, se puso de pie en medio de ellos y les dijo: «¡La paz esté con ustedes!»Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron mucho al ver al Señor.Jesús les volvió a decir: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envío a mí, así los envío yo también.»Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo:a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos.»Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.Los otros discípulos le dijeron: «Hemos visto al Señor.» Pero él contestó: «Hasta que no vea la marca de los clavos en sus manos, no meta mis dedos en el agujero de los clavos y no introduzca mi mano en la herida de su costado, no creeré.»Ocho días después, los discípulos de Jesús estaban otra vez en casa, y Tomás con ellos. Estando las puertas cerradas, Jesús vino y se puso en medio de ellos. Les dijo: «La paz esté con ustedes.»Después dijo a Tomás: «Pon aquí tu dedo y mira mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de negar y cree.»Tomás exclamó: «Tú eres mi Señor y mi Dios.»Jesús replicó: «Crees porque me has visto. ¡Felices los que no han visto, pero creen!»Muchas otras señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus discípulos que no están escritas en este libro.Estas han sido escritas para que crean que Jesús es el Cris to, el Hijo de Dios. Crean, y tendrán vida por su Nombre.

 

Palabra de Dios

 


 

P. Andrés Peirone Sacerdote Salesiano de Don Bosco



 

Hoy la Iglesia nos regala, en este segundo domingo de Pascua, el Evangelio de Juan, en el capítulo 20, donde se nos habla de una aparición de Jesús resucitado a sus discípulos; y una aparición en donde se pone en medio y les da la paz. Dos veces les dice:

"La paz esté con ustedes"; y dándoles la paz les da el Espíritu Santo para el perdón.

 

Hoy con toda la Iglesia celebramos el domingo de la Misericordia. Jesús misericordioso, este Dios que se acerca a tu vida, este Dios que te quiere dar la paz, este Dios que derrama su Espíritu sobre tu corazón para perdonarte. Un Dios que tiene el poder y la fuerza de, como dice el Antiguo Testamento, convertir en blanco aquello que era rojo escarlata por el pecado.

 

Un Dios que tiene el poder de perdonarte, de renovarte, de purificarte. No interesa tu pasado, no interesa tu historia, no interesa la grandeza de tu pecado. Dios es más grande.

 

Dios que te invita a levantar la mirada; si estabas todo el día mirando tus miserias, llorando tus miserias, pensando que sos un miserable por tus miserias… hoy, este domingo, Dios quiere que levantes la cabeza y solamente mires Su Misericordia. Su misericordia es infinita, es más grande de lo que pensás, es más grande que tu pecado.


En este Domingo de la Misericordia, que podamos vivir con un corazón muy abierto a lo que Dios quiere hacer en nuestro corazón.



 

 

 

Oleada Joven