Evangelio según San Juan 3,31-36

martes, 9 de abril de
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El que viene de arriba está por encima de todos. El que viene de la tierra pertenece a la tierra y sus palabras son terrenales. El que viene del Cielo, por más que dé testimonio de lo que allí ha visto y oído, nadie aceptará su testimonio.Pero aceptar su testimonio es como reconocer que Dios es veraz. Aquel que Dios ha enviado habla las palabras de Dios, y da el Espíritu sin medida porque el Padre ama al Hijo y ha puesto todas las cosas en sus manos. El que cree en el Hijo vive de vida eterna; en cambio, el que no cree en el Hijo tendrá que enfrentar un juicio de Dios; nunca conocerá la vida.

 

Palabra de Dios

 

 


 

Reflexión: Monseñor Santiago Olivera Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje



Este Jueves además de reflexionar sobre la Palabra de Dios la Iglesia te da la posibilidad de celebrar o hacer memoria agradecida por la vida de un obispo mártir, nacido en Polonia, San Estanislao. Nació en Cracovia en el año 1930, fue  obispo de Cracovia, justo en la sede donde fue el beato Juan Pablo II. Este obispo fue mártir por enfrentar a la autoridad diciéndole proféticamente lo que hacían y por lo tanto que sus actos lo apartaban de Dios; el Rey como venganza lo mandó a asesinar y durante una celebración de la Eucaristía San Estanislao muere mártir.


La vida de este santo obispo nos hace pensar en nuestra dimensión profética porque el mártir es un testigo, y podríamos preguntarnos, todos los cristianos, los jóvenes ¿Cuántas veces nos dejamos moldear por antivalores del mundo? ¿Cuántas veces nos amoldamos o nos contagiamos con criterios mundanos? . No entregamos la vida, queremos “salvarnos”. Para no meternos o no jugarnos… ¿cuántas veces preferimos la comodidad de callarnos y dejar pasar?.



Como siempre la vida de los santos, la vida de este santo concretamente, son faros que iluminan; mucho hay que ofrecer así entre los jóvenes hoy, muchas vidas de ustedes jóvenes serán exigentes, serán martiriales, serán vidas testimoniales, que sepan anunciar con sus buenas obras, con sus criterios, con su vida cristiana. Serán llamados a anunciar al mundo juvenil la buena noticia de Jesús.



El texto de San Juan, que hoy la iglesia nos invita a reflexionar, nos recuerda que el hijo amado de Dios ha recibido todo de él, todo ha sido puesto en sus manos y el hijo nos habla de las palabras de Dios. Y esta Palabra sabemos que salva, ama y siempre debe ser aceptada libremente.



El que cree en el Hijo tiene vida eterna y creer es vivir la vida cristiana, no solo proclamarla con los labios, el creer es dar testimonio, ser mártir.


Y la Fe es confianza, si la fe es verdadera esa fe se hará vida hecha carne, se encarnará, la fe es creer y ella crece creyendo, como nos recordaba el Papa Benedicto XVI en el año de la fe, haciendo memoria de una frase de San Agustín, “la fe crece creyendo”, es decir crece viviendo el Evangelio.



Creer o no creer es el dilema radical que plantea el Evangelio de San Juan y vivir o no vivir es el resultado. Creer nos abre a la vida, creer nos presenta la Vida con mayúscula.


Que Dios los bendiga y que la palabra de Dios sea nuestro alimento de cada día. 

 

 

 

Oleada Joven