Evangelio según San Juan 14,15-16.23b-26

domingo, 19 de mayo de
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"Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y les dará otro Protector que permanecerá siempre con ustedes, Jesús le respondió: «Si alguien me ama, guardará mis palabras, y mi Padre lo amará. Entonces vendremos a él para poner nuestra morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras; pero el mensaje que escuchan no es mío, sino del Padre que me ha enviado. Les he dicho todo esto mientras estaba con ustedes. En adelante el Espíritu Santo, el Intérprete que el Padre les va a enviar en mi Nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he dicho."

 

Palabra de Dios

 

 


 

Reflexión: P. Raúl Gomez

 

Estamos en un tiempo especial de la Iglesia celebrando su cumpleaños, hoy en Pentecostés, el tiempo de la renovación , de la confianza, el tiempo para volver la mirada al Señor, para dejarnos conducir, para dejarnos encender por el fuego del Santo Espíritu de Dios que nos trae esa fuerza que Jesús nos ofrece cada vez que se revela , como lo hizo allí en ese momento íntimo donde los discípulos estaban tristes y angustiados, y de alguna manera no sabían que hacer, pensaban que Jesús había fracasado y sin embargo estaban orantes, había algo en su interior que los impulsaba a esperar en el Señor.



Y fue así como el Señor cumple su promesa revelándose en medio de sus amigos y sobre todo haciéndoles ese gran regalo que Dios nos puede hacer como es la paz. Jesús se presenta lleno de gloria, con los signos de la cruz, pero ya lleno de luz, ofreciéndole a los discípulos la paz, y sobre todo dándoles el poder para poder anunciar la Buena Noticia en todos los lugares y rincones.



Por eso para nosotros es el gran día de pentecostés que de alguna manera nos mueve y nos impulsa a decirle sí a Jesús más allá de toda dificultad y prueba, sabiendo que el Resucitado y sobre todo la fuerza del Espíritu Santo está para auxiliarnos ya que él es el Paráclito, el Abogado, el que nos sigue guiando en el camino como hace ya 2000 años, conduciendo nuestra historia, sigue entre nosotros para transformar nuestras vidas tratando de cambiar nuestros corazones que muchas veces se cierra a esta gracia que procede de lo Alto.

 

Por eso la Iglesia en este día, da gracias a Dios por este gran regalo, en el amor del Padre brota este Santo Espíritu que de alguna manera nos impulsa decirle al Señor "Aquí estoy, enviáme, soy tu servidor", así como hizo con los discípulos también nos envía a nosotros a anunciar la Buena Noticia a todos los rincones. Como dice nuestro Papa Francisco poder ir a las periferias, llegar a los más pobres, a los marginados que de algua manera son los predilectos del Señor.



Pidámosle al Señor en este día que realmente podamos sentirnos renovados por su amor, ese amor que nos sigue reencendiendo el corazón, amén.

 

 

 

 

Oleada Joven