Dios se presenta en nuestras vidas, casi siempre, de una manera inesperada, novedosa y casi casi silenciosa; si no logras agudizar la mirada del corazón, no podes darte cuenta que estuvo. Generalmente, con el paso de los días y del tiempo podes descubrir su mano protectora que acarició tu vida frágil, temerosa, pero mientras estás enojada/o por que las cosas no salen como vos lo querés, se te enceguece tu mirada y no lo podés Ver…
Sin embargo, Él estuvo presente… por medio de personas que te dieron un consejo en el momento oportuno, en aquellos que solo te escucharon y caminaban junto a vos…
Es hermoso reconocerlo y elevar los brazos agradeciendo su ser Dios y saber que en su Misterio Él es Padre…