Todo

domingo, 26 de mayo de
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Todo lo que somos y tenemos, eso es lo que damos. No puede ser menos, pues todo lo hemos recibido del Señor… El Resucitado nos convoca y nos envía: "Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien a los leprosos, expulsen a los demonios; gratis lo han recibido, entréguenlo también gratis" (Mt 10, 8).

Dios, que es generoso hasta darse a sí mismo en el Hijo, nos regala un rumbo seguro para nuestras vidas. Nos señala el norte, Jesús, para abrir caminos y volcarnos al servicio, para navegar las rutas de la compasión y el compromiso. Nos ha regalado grandes deseos para alzar las velas y encender el mundo. No podemos no inquietarnos, no podemos quedarnos de brazos cruzados.

 

 
 
Todo a nuestro alrededor es misión. Desde el silencio que nos permite escuchar la voz del Espíritu hasta la fiesta que nos ayuda a celebrar el gozo de la amistad, la reconciliación y el amor. El trabajo, la familia, mi país, los estudios; en todo Dios se nos está dando y en todo Dios nos está llamando.

No nos conformemos con un cristianismo de migajas. Es mucho lo que hemos recibido y, aunque no tuviésemos nada, eso aún lo podemos dar. Sólo así viviremos de la gracia y del amor del Señor. Él será nuestra fuerza, nuestra riqueza, nuestra esperanza. ¿Acaso no se juega nuestra vida en ello? Porque, ¿de qué nos sirve ganar el mundo entero si nos perdemos a nosotros mismos? (Lc 9, 25).
 
 
Fuente: cantandonuestraesperanza.blogspot.com.ar Autor: Cristóbal Fones sj

 

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