Venceme Señor con tu amor que no conoce de barreras.
Venceme Señor derribando el muro de la indiferencia.
Venceme Señor transformando este corazón de piedra.
Venceme Señor ahí donde anidan el orgullo y la soberbia.
Venceme Señor haciéndote, una vez más, irresistible a mi corazón.
Amén