Dios, han sido constantes tus cuidados conmigo,
Pues te ocupas de mí mucho mas que yo mismo.
De un desarticulado manojito de vida,
Dibujaste tus planos… ¡Reconozco tu firma!
Es mi vida un Proyecto:
¡Tú eres el Arquitecto!
Con muy pocas maderas, chapas y algunas piedras,
En un lote imperfecto con tierra despareja,
Te construiste una casa, que sostiene y arreglas,
Como un espacio tuyo que a su Autor se refiera,
Por dar fe de tus artes
a quien busque encontrarte.
Yo soy más que un conjunto de funciones vitales.
Más que sumar mis genes a mis aprendizajes.
Más que un ego mediando entre deberes e instintos.
Más que contar mis cumbres y restar mis abismos.
¡Yo soy desde tu sueño!
Tu imagen, tu diseño.
Solo sé que soy “yo” cuando a “Ti” me refiero.
¡Como obra de tus manos me voy reconociendo!
Jamás podré abarcar tu providencia conmigo,
Y qué habrá de pasarme, no sé… ¡pero confío!
Amén
P. Eduardo Meana