Evangelio según San Mateo 6,24-34.

martes, 18 de junio de
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Nadie puede servir a dos patrones: necesariamente odiará a uno y amará al otro, o bien cuidará al primero y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al Dinero. Por eso yo les digo: No anden preocupados por su vida con problemas de alimentos, ni por su cuerpo con problemas de ropa. ¿No es más importante la vida que el alimento y más valioso el cuerpo que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves? ¿Quién de ustedes, por más que se preocupe, puede añadir algo a su estatura? Y ¿por qué se preocupan tanto por la ropa? Miren cómo crecen las flores del campo, y no trabajan ni tejen.


Pero yo les digo que ni Salomón, con todo su lu jo, se pudo vestir como una de ellas. Y si Dios viste así el pasto del campo, que hoy brota y mañana se echa al fuego, ¿no hará mucho más por ustedes? ¡Qué poca fe tienen! No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos alimentos?, o ¿qué beberemos?, o ¿tendremos ropas para vestirnos?


Los que no conocen a Dios se afanan por esas cosas, pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso. Por lo tanto, busquen primero su reino y su justicia, y se les darán también todas esas cosas. No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas.



Palabra de Dios

 

 


 Reflexión: P. Fernando Goicochea Salesiano Sacerdote

 

Jesús habla de que no podemos servir a dos señores, porque si intentásemos este servicio, de éste modo despreciaríamos a uno, tendríamos cariño por el otro, o tendríamos más dedicación y esfuerzo con el primero y no tanto con el segundo, y el Evangelio termina diciendo que no podemos servir a Dios ni al dinero.

 

Y después, de manera extensa, la Palabra va relatándonos que implica este servir a un solo señor, este tenerlo a Dios como verdadero centro de nuestro corazón, Dios y su Reino, porque con la frase final  nos indica todo lo que quiere enseñarnos : “Busquen el Reino de Dios y su justica y lo demás vendrá por añadidura (en criollo, se les dará de yapa).


En realidad cuando nosotros analizamos un poquito el Padrenuestro que Jesús nos enseñó a rezar, vemos que esta enseñanaza que Jesús nos da hoy está grabada en él. En la primera parte del Padrenuestro le pedimos al Padre que su nombre sea santificado, que venga su Reino y se haga Su voluntad ; y en la segunda parte le pedimos las necesidades nuestras más ordinarias: tener el pan diario, tener su perdón, también vivir en paz con nuestros hermanos y no caer en el pecado.


“No se puede servir a dos señores”,  esto es algo que atraviesa hondamente la enseñanza de Jesús. Cuantas veces nosotros estamos afanados detrás de las cosas, del trabajo, del dinero, afanados pendientes de como llegamos a terminar el mes y en realidad no ponemos esta atención a las cosas de Dios, a las cosas de los más necesitados, no ponemos nuestra atención para ver como están los que más sufren, los que están en las periferias existenciales como dice el Papa Francisco. No estamos tan atentos a rezar mejor, a dedicarle este tiempo sólido en nuestros dias al encuentro con Él. No estamos tan atentos a la celebración de la Eucaristía del Domingo, por ejemplo.

 

Esta es la invitación de la Palabra para este día, que pongamos primero lo primero y luego lo demás, no quiere decir “despreocuparse” de las cosas que nosotros todos los días debemos atender. Lo que está enseñándonos Jesús es que no debemos agobiarnos por éstas cosas, no preocuparnos por ellas porque hay un Padre que sabe muy bien que las necesitamos, esta es la raíz , por decirlo de alguna manera, tener casi la despreocupación con respecto a estas cosas ya que hay un papá que cuida de nosotros! Hemos celebrado hace poco el día del padre y uno dice, ¿quién es el verdadero Padre de quién toman nombre todos los papás?


Es Aquel que ha hecho el cielo y la tierra y nos ama entrañablemente y que es capaz de sacrificarse hasta el extremo por nosotros. Por eso la invitación de este Evangelio es preciosa, ojalá podamos llevarlo cada vez más a la práctica. No se agobien, no se preocupen por el mañana que a cada día le bastan sus disgustos, ustedes ocúpensen del Reino de Dios y lo demás les será dado por añadidura. 

 

Oleada Joven