Repetir como quien repasa

lunes, 24 de junio de
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Cuando uno perdió algo y se pone a repasar las cosas que hizo, o los lugares por donde anduvo, finalmente, al repetir como en cámara lenta la rutina, aparece lo que se nos había perdido, y solemos constatar que aparece en el lugar donde varias veces pasamos sin verlo. Hasta decimos: “si era una víbora nos picaba”. Tal vez esto mismo, podamos llevarlo al ámbito de la oración.
 
Por algo, San Ignacio, nos hace “repetir” la oración en algunos momentos. Yendo a nuestra comparación, el motivo por el cual no vemos lo perdido en un lugar donde varias veces pasamos con la vista, suele ser porque nos pasa como si nuestra mirada pasara sobre la realidad con la foto que tomó de ella y nos parece que todo lo que hay en ella ya lo vimos.
 
 
 
Sin embargo, a nuestra foto, algo se le pasó por alto, y si no dejamos que la realidad se vuelva a mostrar tal como ella es, y no como nosotros la vimos, no daremos con lo que no vimos. Ese dejar que la realidad se muestre, necesita un ritmo más lento. Es como esas diapositivas que se van mostrando de a poco, a diferencia de las otras que de movida, se muestran totalmente. Esto sería lo propio de la “repetición”: repasar en “cámara lenta” (con un corazón más atento) la realidad para que en ella Dios se nos muestre en aquello donde pasamos y no lo percibimos, o algo percibimos y pasamos demasiado rápido.
 

Fuente: javieralbisusj.wordpress.com  Autor: Javier Albisu sj

 

Oleada Joven