Evangelio según San Mateo 8,18-22

lunes, 1 de julio de
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Jesús, al verse rodeado por la multitud, dio orden de cruzar a la otra orilla. Entonces se le acercó un maestro de la Ley y le dijo: «Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.» Jesús le contestó: «Los zorros tienen cuevas y las aves tienen nidos, pero el Hijo del Hombre ni siquiera tiene dónde recostar la cabeza.» Otro de sus discípulos le dijo: «Señor, deja que me vaya y pueda primero enterrar a mi padre.» Jesús le contestó: «Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos.»

 

Palabra de Dios

 

 


 

P Maximiliano Turri Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Chascomús


Dos son los rasgos que se pueden reconocer en el evangelio de hoy. La pobreza y la libertad de Jesús que le llevan a responder que no hay nada a que aferrarse y que lo único esencial para seguirlo es mirarlo a Él.


No se refiere a que esté mal atender las ocupaciones de la vida. Pero sí se refiere a que llamarse cristiano tiene ciertas características que nos llevan a imitarlo. Si Él supo vivir en la pobreza, que es lo mismo que decir, sin ataduras. Y si Él supo vivir la libertad, esto es sin ningún tipo de condicionamientos, es que nosotros somos llamados a poder ir desprendiéndonos de todo aquello que no nos permite poner nuestro corazón en Él.


Tenemos infinidad de situaciones que nos hacen “correr” el corazón hacia destinos que nos distraen, que nos hacen perder el “norte”. Que nos hacen olvidar en dónde está nuestra fuerza y dónde está la capacidad de llevar adelante lo que somos y podemos.


Eso puede ser lo que llamamos distracciones o fantasías. “ideas” que se nos meten en la cabeza y que nos tienen angustiados. Que muchas veces no coinciden con la realidad, ya que una vez superadas nos damos cuenta que le teníamos un miedo que no era real. Era más una “fabricación casera” que una amenaza verdadera.


A esto nos invita hoy el evangelio. A no vivir de las fantasías, o de los miedos que nos atan, para seguirlo a Jesús. Que podamos vivir en la libertad de poner solamente en Él nuestros ojos y que así, solamente así, podamos seguirlo en el camino de la vida. Camino que tiene montones de situaciones que nos tienen atados o aferrados al miedo o a la esclavitud.


Entonces hoy nos preguntamos: ¿Cuáles son los miedos que no te dejan vivir en paz? ¿Qué cosas son las que viv
ís con el terror de que sucedan y que a lo largo de la vida te das cuenta que nunca existieron? ¿No será una pérdida de energía tremenda vivir así, de esos miedos sin resolver? ¿Qué le quisieras pedir hoy a Jesús para que te ayude a vivir en la libertad?


Dejemos que la Palabra de Dios nos transforme. Nos de la libertad y nos alcance la Vida nueva que Jesús quiere regalarnos.

 

Que tengas un hermoso día y que Dios bendiga todo lo que hoy hagas.



 

 

Oleada Joven