Qué trama mi Señor con tan enloquecedor silencio; ¿qué trama, mi Señor, es la que estás entretejiendo? Tus modos son extraños, pero tan perfectos. Esa eterna constumbre de tus sendas misteriosas, pero impregnadas de Pascua; sí, de Pascua.
Liberáme del miedo de no ser yo quien lo haga y decíme de nuevo que no tema, que no desvíe mi mirada, sí, de tu mirada… Dios de preguntas, Dios que liberas, Dios de éxodos, Dios de Pascua, Dios de desiertos; Dios que desafías, Dios inexplicable, Dios que haces todo nuevo, Dios que está y siempre está; Dios, sencillamente Dios…
Qué difícil se me hace ver cuando al hilo contra hilo no le encuentro su sentido. Qué difícil se me hace creer, pero sé que soy tu hijo y que todo lo que haces, está bien.
Amén
Pablo Martinez