Señor, cuando nos mandas a sembrar,rebosan nuestras manos de riqueza:tu Palabra nos llena de alegríacuando la echamos en la tierra abierta.
Señor, cuando nos mandas a sembrar,sentimos en el alma la pobreza;lanzamos la semilla que nos diste
y esperamos inciertos la cosecha.
Y nos parece que es perder el tiempoeste sembrar de insegura espera.Y nos parece que es muy poco el granopara la inmensidad de nuestras tierras.Y nos aplasta la desproporciónde tu mandato frente a nuestras fuerzas.
Pero la fe nos hace comprenderque estás a nuestro lado en la tarea. Y avanzamos sembrando por la noche,y por la niebla matinal somos profetas,pobres, pero confiados en que Túnos usas como humildes herramientas.
Gloria a Ti, Padre bueno, que nos distea tu Verbo, semilla verdadera.y por la Gracia de tu Santo Espíritula siembras con nosotros en la Iglesia.
Amén