Nuevo nacimiento

miércoles, 23 de octubre de
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Hay un misterio abismal en aquél grito que encierra en sí todos los gritos de la humanidad. Es el grito del parto de la “nueva creación”, de nuestro nuevo nacimiento como hijos de Dios. 

 

Pero este parto no se realiza sin nosotros. El amor extremo de Jesús nos empuja a vivir – en cuanto nos es posible- como Él y en Él todo dolor. 

 

 

 

Y podemos hacerlo. Podemos si, reconociendo en cada dolor personal y ajeno una sombra de su infinito dolor, un aspecto, un rostro de Él, cada vez que se presenta no lo alejamos de nosotros, sino que lo acogemos en nuestro corazón, como si lo recibiéramos a Él. Y si luego, olvidándonos de nosotros mismos, nos ponemos a hacer lo que Dios nos pide en ese momento, en el prójimo que Él nos pone adelante, dispuestos sólo a amar. Veremos entonces muy a menudo que el dolor se desvanece como por encanto y que en el alma permanece sólo el Amor.

 

Fuente: ¡Espera en Dios!, Autor: Van Thuan

 

Oleada Joven