Evangelio según San Lucas 12,49-53

jueves, 24 de octubre de
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Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente!

¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división.De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres:el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra”.


Palabra de Dios



Monseñor Santiago Olivera Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje


La palabra de Dios hoy, sin duda siempre es como llamativa porque nosotros sabemos que el Señor vino a traer la paz. “Cristo es nuestra paz”, nos dice el apóstol Pablo y lo sabemos de este señor que pasó haciendo el bien y que siempre mira con amor. Entonces como impresiona este texto que habla de un fuego, que debe arder y continua el señor diciendo “¿piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra?; he venido a traer la división”.


La clave es que el evangelio, la vida de Jesús, supone una opción clara no un dejarnos contagiar o diluir, como decía el Papa Francisco “un cristianismo diluido”, con las cosas que a veces la cultura o el mundo va presentando. No podemos ser o permanecer neutros frente Dios y a sus enseñanzas.


Este evangelio es muy actual, porque a mí me impresiona muchas veces jóvenes, familias, cristianos comprometidos, que para no perder la “paz”, no confrontan, no presentan su fe, no manifiestan lo que creen. Entonces a veces hay familias que se encuentran con hijos muy lejos de Dios, de los valores; y los aceptan para no pelearse, no discutir, no enfrentar y tampoco le dicen lo que realmente ven y hay que hacer. Algunas instituciones dicen “no se habla de religión, para no manifestar divisiones” y esto no es el sentido que el Señor nos pide. No se puede ser un cristiano que ha todo nos amoldemos justamente para conservar la paz; podemos preguntarnos ¿qué paz?


El evangelio es un mensaje que debe ser anunciado con coraje. Sin duda que Dios es el Dios con nosotros, que es amor, la paz es fruto de ese encuentro con Jesús. Pero también supone plantear algo, que a veces nuestra opción cristiana supone ponernos en frente, con claridad siempre; pero a criterios de nuestra propia familia, nuestras realidades, compañeros que no son evangélicos y que se oponen a lo que Jesús enseña y lo que la iglesia conserva y transmite.


Pidamos al Señor, que en este texto podamos volver a descubrir que el Señor es nuestra paz, y que la paz la tenemos que conservar a cualquier precio, supone por lo tanto, sabernos jugar y saber presentar nuestra verdad, como digo siempre con caridad y con claridad. Que Dios nos bendiga y nos haga testigos de la paz en nuestra realidad y nuestros ambientes.


 

 

Oleada Joven