El hombre no puede vivir sin relaciones. La relación más importante del hombre es la que tiene con Dios. Tiene prioridad sobre todas las relaciones humanas, incluidas las familiares. (2232-2233)
Los hijos no pertenecen a sus padres ni los padres a sus hijos. Toda persona pertenece directamente a Dios. Sólo con Dios existe un vínculo absoluto y perpetuo. Así se comprende la palabra de Jesús a quienes son llamados: “El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí” (Mt 10, 37). Por ello los padres deben poner a sus hijos en manos de Dios, llenos de confianza. Cuando el Señor los llame a una vida de entrega en una comunidad religiosa o como PRESBÍTEROS. (145)
Nos puede ayudar para la reflexión:
1. ¿En qué pasajes del Evangelio Jesús vive personalmente esta primacía de Dios sobre su familia?
2. ¿Hay algún aspecto de los vínculos que tenés con los miembros de tu familia, que quede cuestionado por esta enseñanza?