¿Por qué Señor, nos empeñamos en verte
como antagonista en nuestra vida,
amenaza para nuestra libertad, juez de nuestros amores,
aguafiestas de nuestras alegrías, tropiezo de nuestros andares?
¿Por qué Señor, estás grabado tan fuerte como invisible vigilante,
ley que se impone, conciencia que roe,
castigo amenazante, miedo de muerte?
Tú que eres Dios de vida y no de muerte ni de suerte,
renuévanos y ponnos en sintonía con tu Espíritu de siempre
y con los signos que te preceden.
Borra nuestros retratos,
graba los tuyos para siempre, Dios de Vida.
Amén
Florentino Ulibarri, “Al Viento del Espíritu”