Evangelio según San Lucas 17,11-19

martes, 12 de noviembre de
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Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea.
Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia y empezaron a gritarle: “¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!”.

Al verlos, Jesús les dijo: “Vayan a presentarse a los sacerdotes”. Y en el camino quedaron purificados.Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano. Jesús le dijo entonces: “¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?”. Y agregó: “Levántate y vete, tu fe te ha salvado”.


Palabra de Dios




P. Cristian Salomon Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa, Diócesis de Rosario

 

La Palabra de este día, nos presenta a Jesús que caminado hacia Jerusalén, es sosprendido por diez leprosos que le salen al encuentro para pedirle piedad, ser sanados y ante la palabra de Jesús, mientras se van caminando se sanan. Sin embargo, sólo uno vuelve agradeciendo y alabando, y por eso tambien salvado por su fe.

 

Quisiera compartir con ustedes dos actitudes de estos diez hombres que me resonaron en el corazón:La primera es la Confianza: Los Leprosos, por ley no podian acercarse a nadie, sin embargo estos diez confiados, aunque con cierta distancia y prudencia claman a Jesús como maestro, pidiéndole piedad, confian que serán escuchados, atendidos, confian que Él puede sanarlos y con un plus de confianza, sin ver cambios inmediatos, obedecen lo que Jesús les ordena: “Vayan a presentarse al sacerdote”

 

La segunda es el agradecimiento: Imagino a los diez hombres saltando de alegría al verse sanados y por tanto incluídos de nuevo en la sociedad. En uno de ellos, el samaritano, la alegría se hizo fecunda, se hizo gozo, acción de gracias, salvación, culminando a los pies de Jesús y escuchando de Él “tu fe te ha salvado”

 

Cuantas veces recurrimos a Jesús pidiendo por nuestras necesidades y la de los demás, muchas veces dolorosas y gravosas, con confianza y conciencia de que sólo Él puede sanar, responder. Que bueno que podamos acercarnos a Él, con la confianza de estos hombres, suplicando confiados, Señor ten piedad.

 

¡Y por otro lado, cuanto nos cuesta dar gracias! Volver sobre nuestros pasos alabando y dando gracias a Jesús por su amor y misericordia, porque siempre responde.

 

Somos muy detallistas y hasta exigentes en los pedidos, pero no tanto asi, en el agradecer y alabar y cuanto agranda y salva el poder hacerlo. Te invito, a empezar hoy, ahora, a ser detallista en tu oracion de alabanza y agradecimiento, ¿te animas? ¿Qué le decis? ¿Gracias te alabo por qué?

 


 

Oleada Joven