Evangelio segun San Mateo 9, 35-38; 10, 1.6-8

viernes, 3 de diciembre de

 En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas judías, anunciando la buena noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la gente, sintió compasión de ellos, porque estaban cansados y desorientados como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos; rueguen por tanto al dueño de la cosecha que envíe trabajadores a recogerla».
Después, llamando a sus doce discípulos, Jesús les dio poder para expulsar espíritus impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias. Les dijo: «Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Vayan y proclamen que está llegando el Reino de los cielos. Curen a los enfermos, limpien a los leprosos, resuciten a los muertos, expulsen a los demonios. Gratis lo han recibido, entréguenlo también gratis».

 

Palabra de Dios


 

Monseñor Eduardo Martín  Obispo de la Diócesis de Rio Cuarto

 

 

Queridos amigos de Oleada Joven, este Evangelio de este sábado 4 de Diciembre, nos muestra a Jesús en su corazón de buen pastor, en ese corazón que mira las necesidades del mundo, esa multitud de gente que están abatidos y agobiados porque no tienen quien los guie.

Es este sentimiento profundo del salvador que también hoy nos embarga a los pastores de la Iglesia y a todo cristiano que siga a Jesús. Cuando voy a recorrer los pueblos y las ciudades de mi diócesis, veo tanta necesidad y tanta gente, especialmente tantos jóvenes y tan pocos obreros que le puedan llevar la buena noticia o en estos días que estoy regresando del Neuquén donde hay dos sacerdotes de nuestra diócesis que están misionando allí, que están prestando un servicio de colaboración donde hay parroquias con más de 35 mil habitantes y un solo sacerdote y otras tantas parroquias sin sacerdote, realmente me nacía en mi corazón otra vez la palabra de Jesús: que va a pasar con toda esta gente que no tienen pastor, que están como ovejas sin pastor y por eso agobiados, que están por eso abatidos.

Queridos jóvenes, también el Señor espera de nosotros una respuesta, hay multitudes que están hambrientas y sedientas de Dios y esperan de nosotros los cristianos, también así como estamos en tiempo de adviento esperando al Salvador, también ellos están esperando a Jesús, pero Jesús que quiere llegar a través de nuestra entrega, de nuestro compromiso.

Los animo a que recemos para que haya más obreros que atiendan a tanta necesidad, tanta hambre, tanto material como espiritual y que ustedes jóvenes piensen la posibilidad de una entrega mayor y total al Señor sirviendo a tantos hermanos nuestros.

Hasta el sábado próximo si Dios quiere.

 

Oleada Joven