Contemplo cada cosa y digo: Dios.No porque sea Dios. Pero las cosastienen un corazón donde tú habitas,un corazón de sombra y de silencio.(Donde acaba la nada Dios empieza)Y las cosas se quedan de rodillascon sus manos de espera levantadasrezando oscuramente y sin sonido.Se dicen simplemente. Su plegariaconsiste simplemente en ser ahí y estar dichosas.Y yo no me resigno: no quisieraser silenciosa piedra que no sabesino decirse a solas simplemente.Jesús Tomé