Señor Jesús, Tu eres nuestra paz,
mirá nuestra ciudad dañada por la violencia
y dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quienes sufren,
da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.
Tocá el corazón de quienes olvidan que somos hermanos
y provocan sufrimiento y angustia.
Protege a las familias, a nuestros pueblos y comunidades.
Que como discípulos misioneros tuyos, sepamos ser promotores
de justicia y de paz, para que en ti,
nuestro pueblo tenga vida digna.
María, Reina de la Paz, ruega por nosotros.
Amén.
Arzobispado de Córdoba, 4/12/13