Entre altibajos…

lunes, 9 de diciembre de
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Querido Señor,

aunque experimente altibajos en mis emociones

y, a menudo, sienta grandes desplazamientos

y cambios en mi vida interna,

Tú sigues siendo el mismo.

Tu mismidad no es la de una roca,

sino la de un amante fiel.



Yo vine a la vida por tu amor,

estoy sostenido por tu amor

y siempre soy llamado nuevamente a tu amor.

Hay días de tristeza y días de alegría;

hay sentimientos de culpa y sentimientos de gratitud;

hay momentos de fracaso y momentos de éxito;

pero todos ellos están comprendidos en tu amor inalterable.



Mi única tentación es dudar de tu amor,

pensar en mí mismo más allá del alcance de tu amor,

salirme del fulgor sanador de tu amor.

Hacer esto es moverse hacia la oscuridad de la desesperación.



 Señor, mar de amor y bondad,

no dejes que tema demasiado las tormentas

y los vientos de mi vida diaria,

y permite que sepa que existen el flujo y el reflujo,

pero que el mar sigue siendo el mar.

Amén



Henri J.M. Nouwen




 

Maria Carolina Chahin