Evangelio según San Mateo 18,12-14

martes, 10 de diciembre de
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Jesús dijo a sus discípulos:¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar la que se extravió?Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron.


De la misma manera, el Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños.


Palabra de Dios



Monseñor Fernando Maletti Obispo de la Diócesis de Merlo – Moreno


Queridos jóvenes, queridos muchachos y chicas, queridos oyentes de Radio María a lo largo y a lo ancho de la Argentina, hoy el evangelio que corresponde en esta segunda semana de adviento es según San Mateo capitulo 18 versículos 12 al 14.


Dios no quiere que se pierda ni uno solo. Mientras caminamos hacia el encuentro con Jesús que nace. Con Jesús que en esta noche buena y navidad se encarna, con este Dios que se hace hombre para que, el nacer como creyentes entendamos que Él va a estar entre nosotros, Él va a caminar entre nosotros, que bueno que nos planteemos el don de la fe, esa fe que comenzó en nosotros, en nuestras vidas el día de nuestro bautismo, y esa fe que puede tener trastabilladas, caídas, pero también levantadas y un camino. Esa fe que bien sabemos, que es la certeza de lo que esperamos y la seguridad de lo que no vemos. Esa fe que tiene que ser una fe que tenga la característica fundamental de la autenticidad, es decir, una fe autentica, aquella que se expresa cada vez con mayor claridad, y se vive cada vez con mayor profundidad, esa fe que nos hace tomar distancia del cristiano aferrado a la fe recibida, es decir, que lleva delante una fe infantil, o ese cristiano que, puede tener una fe renegada, es decir, que por alguna circunstancia y esas cosas de la vida, se alejo enojado, ofendido con la iglesia o esa fe que puede también tener esa característica de ser avergonzado, una fe tibia, mediocre, una fe que se esconde, que no se muestra, que no da testimonio.


Frente a estas tres, y hay tantas otras patologías de la fe, la fe autentica, es precisamente, descubrir cada día que Dios nos ama, que Dios quiere que estemos en una vida nueva constantemente y que tengamos abierto el corazón y la mente para entender que la fe es algo que crece, algo dinámico y que tenemos que alimentarla todos los días en especial con el credo, que es lo que hay que creer, que los sacramentos que es lo que hay que celebrar, con los 10 mandamientos y las bienaventuranzas evangélicas que es lo que hay que vivir y con el padre nuestro en la oración personal comunitaria y litúrgica que es lo que hay que orar.


Dios no quiere que se pierda ni uno solo, dice el evangelio de San Mateo, que hoy hemos escuchado. Y este amor de Dios sin límites es un amor que con amor se paga. Nuestro amor es la fe que se convierte en fidelidad, es fidelidad que se convierte en fecundidad y es fecundidad que se hace camino al reino, ese reino que vino a instaurar el Cristo de la Fe transformado en el humilde pesebre de Belén, en el Jesús histórico que nos acompaña para siempre.


Que Dios los bendiga, que en este día EL les conceda a cada uno la gracia que mas necesiten y que El siempre este y camine con ustedes.

 

 

Oleada Joven