Hazme como Tú quieras, Señor.
Que nosotros queremos ser como María,
pero aunque pretendemos darte un sí,
a veces el miedo nos frena,
en otras ocasiones estamos inseguros,
también nos dejamos llevar por todos
y nos escapamos de tu camino.
Pero queremos decirte un sí rotundo,
a tu forma de tratar a la gente,
a tu sensibilidad para todos,
a tu sencillez más total,
a tu manera de servir,
a intentar ser los últimos,
a cuidar a los más frágiles,
a levantar a los caídos,
a liberar a los angustiados,
a poner alegría en los desanimados,
a ilusionar a los deprimidos,
a curar a nuestros enfermos,
a jugar como los niños
y a cuidar la amistad contigo.
Señor, de verdad que sí,
que queremos ser de los tuyos,
que intentamos vivir a tu manera,
pero se nos olvida enseguida.
Llévanos fuerte de tu mano
y no nos dejes escapar.