Silbando melodías eternamente nuevas

viernes, 31 de enero de
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Fue tu voluntad hacerme infinito.

Este frágil vaso mío tú lo derramas una y otra vez,

y lo vuelves a llenar con nueva vida. 


Tú has llevado por valles y colinas esta flautilla de caña,

y has silbado en ella melodías eternamente nuevas.


Al contacto inmortal de tus manos,

mi corazoncito se dilata sin fin en la alegría,

y da vida a la expresión inefable. 


Tu dádiva infinita sólo puedo recogerla

con estas pobres manitos mías.

Y pasan los siglos, y tú sigues derramando, 

y siempre hay en ellas sitio que llenar…


Tagore

 

Oleada Joven