Señor, te estamos esperando… Con una mezcla de esperanza,
impaciencia, inquietud e ilusión, pero a la vez teñido de un cierto miedo,
a que todo siga igual, a que nada cambie en nuestras vidas.
Seguimos necesitando encontrarte, descubrir dónde vivis,
en qué lugares te escondés, dónde buscarte cuando creemos perderte.
Pero a la vez sabemos que vos nos buscás en todo momento, que buscás las mil y un maneras para salir a nuestro encuentro.
Danos tus ojos para poder verte, danos oidos
de discípulos para poder escucharte y seguirte.
Danos corazón de niños para seguir admirándonos de tus caminos,
de tus maneras, de tus modos…
Danos un corazón sencillo para poder albergarte…
vos elegiste un lugar pobre, retirado, humilde y oscuro para nacer.
Hoy queres nacer en nuestro corazón,
queremos ser dóciles para que vos vayas formándonos como quieras.