Evangelio segun San Mateo 2, 13-18

lunes, 27 de diciembre de
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Después que los Magos se fueron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te avise; porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».
José se levantó de noche, tomó al niño y a su madre, y partió hacia Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que había anunciado el Señor por el profeta: De Egipto llamé a mi hijo.  Entonces Herodes, viéndose burlado por los Magos, se enfureció tanto que mandó matar a todos los niños de Belén y de todos sus alrededores que tuvieran menos de dos años, conforme a la información que había recibido de los Magos. Así se cumplió lo anunciado por el profeta Jeremías: Se ha escuchado en Ramá un clamor, un gran llanto y lamento: es Raquel que llora por sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen.

Palabra de Dios


 

Monseñor Fernando Maletti   Obispo de la Diócesis de Bariloche

 

Queridos muchachos y chicas, queridos hermanas y hjermanos, hemos celebrado la Nochebuena y la Navidad, después hemos abierto los días subsiguientes, primero con el primer martir de la iglesia, San Esteban; ayer lunes con la propuesta que nos hace la iglesia del modelo de vida de San Juan Evangelista, y hoy los santos inocentes: aquellos mártires que dieron su vida sin saberlo y que nos evoca a tantos desafíos que se enfrenta hoy el hombre y la mujer, los cristianos, ante el tema de la vida. Esa vida que debe ser defendida desde la concepción hasta la muerte natural.

 

Hemos escuchado el evangelio en Mateo 2, 13-18 en donde aparece Juan el Bautista predicando, anunciando la Buena nueva de la Salvación,  anunciando que Dios está entre nosotros. Y diciéndole a la gente que él bautiza con augua pero que viene alguien detras de él a quien el no es digno de desatar la correa de su sandalia. "Él nos bautizará con el Espíritu Santo y con el fuego", este nuevo bautismo que nos trae Jesús, que nos hace hijos de Dios y miembros del pueblo de Dios en marcha que es la Iglesia. Dios ha venido a nosotros, Dios está entre nosootros y podemos decir en estos días "en Jesucristo brilla una feliz noticia". Por eso contemplemos a Cristo que es el centro de nuestra fe, así podremos comunicar la feliz noticia del amor de Dios que brilla en su rostro. Dice San Pablo a los Colocenses: "Cristo es la imágen de Dios invisible". En Él, sobretodo en la eucaristía, la gloria de Dios se hace cercana.

 

Recordemos que la vocación y el sentido de la vida de cada hombre consiste en que reproduzcamos la imágen de Jesús. Todos estamos llamados por el bautismo, este que predicó Juan el Bautista, a transformarnos en Cristo desde el bautismo, hasta la resurrección final. En la persona y en el mensaje de Cristo siempre debe impactarnos  su amor y su misericordia; sus exigencias de justifica y de fraternidad; su ejemplo de pobreza y humildad; su testimonio de entrega por todos nosotros. Por eso Jesús, hijo de Dios y hermano nuestro, es el modelo de todo varón y mujer, de toda persona humana. Va a tener el rostro de adolescente en Nazareth,  rostro de hombre sencillo y trabajador en su aldea, buen vecino y ciudadano honrado que quiere a todos, cercano a los debiles a los enfermos, a los extranjeros y pecadores, abierto al diálogo y de una sola palabra, que trata sin distinción a varones y mujeres, que abraza a los niños, que busca al Padre con confianza y le reza en lo secreto.  Este es el Jesús que ha nacido y que está con nosotros, al que los Obispos argentinos en una carta "Navega mar adentro" hemos querido ofrecer a toda gente. 

 

Por eso nosotros, seguidores de Jesucristo, recordemos que nuestra iglesia, nosotros como iglesia, tenemos que hablar cada vez más de Jesúcristo que es el rostro humano de Dios y el rostro divino del hombre, y prolongar sus actitudes. En este día de los Santos Inocentes dejemos que el amor de Dios percuda nuestros corazones, los vacie de todo aquello que impide que el Señor se adueñe de nosotros y que podamos con Él tambien estar diciendo en estos días "Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que aman el Señor".

 

Un gran abrazo a todos y que el buen Dios los bendiga

 

 

 

Oleada Joven