¿Por qué dictamos sentencia desde los otros? ¿Qué es lo que evita que reconozcamos en el otro a un hermano? ¿Por qué nos cuesta tanto celebrar la diversidad?
La psicóloga social Bea Pellizzari nos relata su recuerdo de un accidente que a los 18 años le cambiaria la vida para siempre. “Todo lo que viene ahora está en tus manos” le dijo el médico, y ella eligió vivir esa nueva vida como una oportunidad, como un regalo.
Pero vio que los otros la miraban con pena, con lastima, ellos veían mas sus bastones que no sus ganas de vivir. Entendió entonces el peso social de la discapacidad. “El problema no son las escaleras, la falta de accesibilidad, el principal problema está en nosotros, cuando miramos el déficit.” La impotencia y el temor a no saber cómo actuar ante personas con discapacidad nos impiden el encuentro con el otro.
“Tenemos un pendiente enorme, convertirnos en personas abiertas, interesados en el otro”. Nos invita a construir rampas culturales para no perder el valor de la humanidad misma. En esta construcción necesitamos de muchas manos. Algo tiene que ocurrir y ese “algo” está en nuestras manos.
Asumamos el compromiso a partir de hoy a hacer desde cada lugar un país mejor para todos, CON todos, aplicando todos nuestros talentos al servicio de la inclusión.