Convierte mi mirada, Señor,
para que sepa ver el amor escondido,
para que descubra las heridas de
quienes me rodean, y quiera curarlas,
para que vea más problemas reales
y menos figurados; para que perciba
las lágrimas ajenas.
Transforma mi mirada, Señor,
para que intuya las posibilidades de paz,
de concordia, de justicia, de amor.
Convierte mi mirada, Señor.
Convertirse es comprometerse
un poco más, un poco mejor.
Hazme alguien comprometido
con mi mundo, Señor.
Ayúdame a luchar por mi familia.
Dame coraje para perseverar
cuando el camino se haga difícil.
Dame paciencia para sobrellevar
los obstáculos sin rendirme.
Dame ilusión para seguir creyendo
cuando me quede sin apoyos.
Dame fuerza para complicarme
en batallas buenas.
Dame manos para acariciar,
pies para caminar, palabra para cantar,
siempre a favor de un mundo bueno.
Jesús hoy nos dice que
“Convertirse es creer en mí,
en ti, en las posibilidades”
Amén.