María camino al Calvario

martes, 15 de abril de
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Habla el alma y Nuestra Señora. Al salir de la Ciudad Santa, antes de empezar la Via Dolorosa

 

Al confín de la Ciudad

espero a la Madre Santa.

No quiero subir calvarios

sin la luz de su mirada.

Si no viene Ella conmigo

no cargo cruces pesadas;

que la madre es cirineo

cuando gime el alma humana.

 

Oh, Madre de la agonía,

Virgen doliente y callada,

¿cómo podés soportar

tanto peso a las espaldas?

Porque a Vos te tengo yo

para restañar mi llaga,

pero Vos, ¿a quién tenés

en esta calle tan larga?

(…)

Camina la Virgen firme

y con su mano me arrastra.

«En el dolor, no lo olvides,

no muera tu confianza.

Del sepulcro tengo llave

-dice la Virgen que aguarda-.

Hasta el alba del domingo

me dijo que le esperara.

Si tú le esperas conmigo,

el domingo en la mañana,

verás que no hay imposible

que no pueda su Palabra».

 

Francisco Javier Carrión Armero, LC

en “Venid, almas a mi huerto”

 

Camila Carreño