Quédate con nosotros

miércoles, 23 de abril de
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Quédate con nosotros, Señor,

acompáñanos aunque no siempre

hayamos sabido reconocerte.

Quédate con nosotros, porque

en torno a nosotros se van haciendo

más densas las sombras,

y tú eres la Luz; en nuestros

corazones se insinúa la desesperanza,

y tú los haces arder con la

certeza de la Pascua.

Estamos cansados del camino,

pero tú nos confortas en la fracción

del pan para anunciar a nuestros hermanos

que en verdad tú has resucitado y

que nos has dado la misión de

ser testigos de tu resurrección.


Quédate con nosotros, Señor,

cuando en torno a nuestra fe católica surgen

las nieblas de la duda, del cansancio o

de la dificultad: tú, que eres la Verdad misma

como revelador del Padre, ilumina

nuestras mentes con tu Palabra;

ayúdanos a sentir la belleza de creer en ti.


Quédate en nuestras familias, ilumínalas

en sus dudas, sostenlas en sus dificultades,

consuélalas en sus sufrimientos y

en la fatiga de cada día, cuando en torno a ellas

se acumulan sombras que amenazan

su unidad y su naturaleza. Tú que eres la Vida,

quédate en nuestros hogares, para que

sigan siendo nidos donde nazca

la vida humana abundante y generosamente,

donde se acoja, se ame, se respete la vida

desde su concepción hasta su término natural.


Quédate, Señor, con aquéllos que en nuestras

sociedades son más vulnerables; quédate

con los pobres y humildes, con los indígenas

y afroamericanos, que no siempre han encontrado

espacios y apoyo para expresar la riqueza de su cultura

y la sabiduría de su identidad.


Quédate, Señor, con nuestros niños y

con nuestros jóvenes, que son la esperanza

y la riqueza de nuestro Continente, protégelos

de tantas insidias que atentan contra su inocencia

y contra sus legítimas esperanzas.


¡Oh buen Pastor, quédate con nuestros

ancianos y con nuestros enfermos.

¡Fortalece a todos en su fe para que sean

tus discípulos y misioneros!


Papa Benedicto XVI.

 

Oleada Joven