¡Cuánto ata si no se da cuánto esclaviza si no se recibe, cuánto libera… a los dos!
Todos hemos sido heridos pero todos podemos ser sanados por el Amor y elegir.
Optar caernos y permanecer en ésa herida, raspando nuestros pasos con el filo del egoísmo o permitir que de esa grieta brote Vida en Abundancia; esa que plenifica y hace todo nuevo.
Es elección y es una Gracia, Gracia que ya estamos recibiendo si pedimos el regalo del perdón.
Tal vez no podamos perdonar todo de una pero sí elegir perdonar cada día, y llegará ése momento en el que el Amor nos reconcilie con nuestros hermanos, con nosotros mismos, con el Padre Misericordioso.
Seremos libres. Todos.
Luz Huríe
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