Aunque muchas veces parezca que el enojo, las broncas y el desaliento pesan más; aunque a menudo nos pueda la derrota, el no saber hacia dónde caminar, la incertidumbre o el fracaso en nuestras pequeñas historias. Aunque metas la pata, aunque no termines de encontrar tu lugar en el mundo. Aunque haya veces en que te sientes mal, y ni siquiera sabés muy bien por qué… nunca olvides que la última palabra la tiene la vida. Una vida pujante, que late, imbatible, dentro nuestro. Una vida que lucha por vivirse. Dejá todo lo que llevás a cuestas en manos de quien puede cargar con todo, y no mires nunca atrás con nostalgia, poné tu mirada hacia adelante con la esperanza que lo que viene será siempre mucho mejor.